martes, 24 de noviembre de 2009

Es joven jornalera ejemplo de superación


ELÍAS MEDINA P. /EL SUDCALIFORNIANO

Se llama Marta Herrera Pimentel y tiene 22 años; en las mañanas trabaja como jornalera agrícola en el valle de Vizcaíno y por la tarde estudia la carrera de Administración de Agronegocios en el Campus Guerrero Negro de la Universidad Autónoma de Baja California Sur.

Es originaria de Oaxaca, de donde llegó a la edad de 1 año cuando sus padres tuvieron que emigrar de ese estado sureño hacia esta entidad en busca de mejores condiciones de vida, para empezar en busca del trabajo que allá se les negaba.
Marta tiene tres hermanas que también trabajan en el campo y dos de ellas a la vez estudian; la menor de 13 años cruza la secundaria y la de 16 estudia en el Cecyte de Vizcaíno.

Aunque le gustaría conocer su tierra natal dice coincidir con sus padres en el sentido de que no van a volver a Oaxaca; aquí, aseguran, aunque la vida es dura, el trabajo no falta nunca y viven mucho mejor que en el sureste; a diferencia de las carencias con las que vivían allá, en Villa Alberto Alvarado han podido construir un patrimonio propio; tienen su casa de material con tres recámaras, sala y cocina y piso de cemento, y tres de las cuatro hijas van a la escuela con expectativas de que en un futuro no muy lejano puedan dejar el campo para buscar otros horizontes.

Pero el verdadero sueño de Marta es llegar a ser maestra de primaria; su vocación es enseñar a los niños, particularmente a los migrantes mixtecos en estas tierras a leer y escribir; si entró a la UABCS fue porque no tuvo otra alternativa. Un año antes, intentó estudiar para profesora en la Normal de San Quintín pero no tuvo dinero para sostenerse y se regresó al valle de Vizcaíno.

Para ella la solución sería entrar al internado de la Normal de La Paz pero no ha tenido ni la oportunidad ni los recursos para hacer los trámites ni para venir desde aquella población hasta la capital para hacer los exámenes.

Y no es mala estudiante, sacó la primaria y la secundaria con 9.9 de promedio, la preparatoria con 9.7 y en su primer semestre de universidad lleva 90 de promedio.

Entrevistamos a Marta en medio de una jornada de recolección de chile California producido bajo un moderno invernadero; aunque es 3 de noviembre y la época de calor ha quedado atrás, ella y sus compañeros se tiene que cubrir el rostro con paliacates para protegerse de la resolana.

Ella y su familia saben hacer todo tipo de trabajos del campo pero casi siempre -como en esta ocasión- se ocupan con campesinos del ejido Díaz Ordaz.

"La vida en el campo está bien, sobre todo cuando se trabaja con pequeños productores; con las grandes empresas casi siempre el trabajo es más duro", finaliza.

Marta, al igual que el resto de los trabajadores agrícolas de este campo, se emplea por un sueldo de unos 120 pesos diarios; y aquí no sólo hay migrantes oaxaqueños, en los últimos años se han integrado a las labores agrícolas personas mayores recién llegadas de la zona Pacífico norte, en su mayoría ex cooperativistas que se acabaron el dinero de su retiro y abandonaron las comunidades pesqueras en busca de trabajo.


No hay comentarios: