lunes, 31 de agosto de 2009

Ex-hacienda "Joliette"


Liliana Sánchez /El Mundo de Córdoba
El municipio tiene muchos lugares que la naturaleza y sus fundadores dejaron de herencia, lamentablemente éstos no han sido explotados y el tiempo los está consumiendo. Uno de los atractivos de Acatlán son las ruinas de la hacienda de Joliet, la cual tiene 102 años de haberse construido, la imagen es digna de una postal de un escenario de una película.

La hacienda de Joliet fue fundada en 1904 y se terminó en 1907, a sus 102 años de existencia aún se mantiene en pie, la que fue construida con piedra que se sacó del río y “fue la cuna de una digna princesa de oriente”, por sus diseños estilo árabe.

Cuentan los sobrevivientes de aquella época que llegó un norteamericano de apellido Denette en compañía de su única hija, llamada Gabriela, quienes aprovechando que Don Porfirio Díaz Morí estaba regalando tierras en México, arribaron a este lugar vía Veracruz. El americano era un hacendado muy prospero que en tres años construyó el palacio para su hija y para él, aunque debido a la revolución lo disfrutaron poco tiempo.

Para la época en que fue edificada la hacienda, 1094- 1907, según la leyenda que se encuentra en las caballerizas, la obra de construcción estaba muy avanzada, ya que tenía su tanque de agua, el vital líquido era trasportado por una bomba desde el río, había un montículo de tierra donde se subía el norteamericano a checar el pronóstico del tiempo, porque se dedicaba al cultivo del hule, al ganado bovino, porcino, equino.

En lo alto de la hacienda se encontraba el cuarto de la hija del norteamericano, llamada Gabriela, los habitantes de Joliet, la llamaban la princesa Gabriela, cuyas paredes de la habitación estaban decoradas con espejos, las puertas eran de madera y herraje, el techo de la casa era de teja marsellesa, traída de España, hay que resaltar que la construcción, carece de castillos, solo está edificada de cemento y piedras.

Los gustos de la familia Denette eran tan singulares que tenían en su cocina productos que procedían de Estado Unidos; el chef era de origen oriental.

Su cárcel para aquellos empleados que se portaban mal, era el patio central; aún existen 2 fuentes estilo árabe. Gabriela, desde su balcón, podía apreciar el enorme jardín y desde esa ventana, se dio cuenta que los revolucionarios, se acercaban a la hacienda.

En la primer batalla los lograron repeler, pero en la segunda ya no corrieron con tal suerte y de esto hay varias versiones, algunos aseguran que los revolucionarios violaron a la princesa Gabriela y la mataron, mientras que otros dicen que el padre y la hija, abandonaron la Hacienda Joliet, antes de que llegaran los revolucionarios, para que no les hicieran daño, así que salieron por el lado de Tierra Blanca, dejando sus pertenencias.

En la Revolución los terratenientes eran los blancos preferidos de los revolucionarios y entonces empiezan a adueñarse de los terrenos.

Elodia Prieto, ya fallecida, era la hija del capataz de la hacienda, dijo que cuando los dueños se fueron, las tierras se las repartieron los jornaleros, ella, era la única sobreviviente que sabía exactamente donde estaban las habitaciones de la hacienda, pero nunca supieron sus antepasados el origen del nombre de Joliet.


El profesor Isidro Pomar, cronista de Acatlán, compartió esta información y señaló que actualmente ninguna autoridad se preocupa por darle realce a este lugar, el cual, está lleno de chivos, casas, maleza, abandonado, perdiéndose una fuente de ingreso a la economía de los lugareños.